Wednesday, December 26, 2007

El Pecado

EL PECADO ES EL MAYOR DE TODOS LOS MALES
Debemos temer todo pecado como el mayor de todos los males. El pecado es el mal contra Dios; porque le quita la obediencia y el honor que le son debidos. Si Dios fuera capaz de pena, el pecado se la causaría. El pecado, el mal contra Dios, es un mal infinito, por ser infinita la dignidad de Dios ofendido. Todos los demás males son males de las criaturas; mas todas las criaturas, comparadas con Dios, son como nada; por consiguiente, todos sus males son como nada comparados con el mal contra Dios. Por esto aun para librar de la ruina al mundo entero, jamás sería lícito cometer el más mínimo pecado. Nunca puede ser lícito cometer un pecado; pues si alguna vez fuera lícito, ya no sería pecado. El pecado es el mal del hombre; porque le quita la eterna felicidad, que es su último fin. Ningún otro mal causa más fatales consecuencias.

El pecado mortal ha sido la causa de que Jesús sufriera los más crueles tormentos en su pasión santísima. Un solo pecado mortal cambió a unos Ángeles hermosísimos en demonios feísimos. Un solo pecado mortal, el de Adán, cambió el mundo, de un paraíso de delicias y goces, en un valle de lágrimas y dolores.

¡JAMÁS PECAR!
Sólo el pecado es el verdadero mal, pues los demás males pueden traernos grandes bienes, porque nos ayudan a conseguir mayores premios para el cielo. Sólo el pecado, si es grave, nos separa de Dios, nuestro Sumo Bien; y si es leve, retarda nuestra entrada en el cielo y nos priva de muchas gracias. Evitemos, pues, todo pecado, cueste lo que cueste. Digamos a menudo: “primero morir que pecar.” Si por cada vez que el hombre cometiera un pecado, tuviera que pagar una gran multa o recibir un gran castigo corporal ¿no es verdad que todos tendrían un cuidado sumo en no cometer pecados? Con mayor razón debemos abstenernos del pecado por no ofender a Dios, por no perder el cielo, por no merecer los castigos temporales y eternos.

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